En este repaso de la historia de ADIC, en base a los artículos que se publicaron en el libro del medio siglo de la institución, ingresamos en una etapa clave de la historia, los años 1987 y 1988.
Para ver el capítulo I (1966-1984: Los orígenes, el nacimiento y los primeros 20 años de ADIC), haga click aquí.
Para ver el capítulo II (1984-1988: Empezar a recorrer un nuevo rumbo), haga click aquí.
CAPÍTULO III: 1987-1988
SE PUSO LOS PANTALONES LARGOS
En 1988 se produjeron dos hechos que marcaron un antes y un después en este medio siglo de vida. Desde la década de 1970, un tema inquietaba: la Personería Jurídica. Durante más de 10 años navegaron a la deriva en busca de un puerto en el que no conseguían atracar. Finalmente, el 18 de enero de 1988 el Ministerio de Educación y Cultura aprobó el trámite que brindó un salto de calidad institucional a ADIC. Ese mismo año, el 21 de junio, la Comisión Nacional de Educación Física le otorgó el reconocimiento de Entidad Rectora de los Colegios Privados en materia deportiva.
Pasos largos
La década de 1980 estuvo pautada por la maduración institucional y por las grandes transformaciones que sufrió ADIC, algunas de las cuales buscaba desde hacía más de una década (Personería Jurídica) y otras que se fueron desarrollando por la propia dinámica de las actividades, los cambios que operaban en las organizaciones deportivas en Uruguay y para reconocer el valor y recorrido de la Asociación durante más de 20 años (Entidad Rectora de los Colegios Privados en materia deportiva).
Esos cambios cristalizaron bajo la presidencia de Miguel Benzo, pero fueron madurando durante las gestiones de Gilberto Bentancur y Jorge Ceretta.
El 10 de diciembre de 1984, con Benzo presidente y José Ibáñez como secretario, se le dio forma jurídica a ADIC con la fundación de la asociación civil Asociación Deportiva de Institutos Cristianos -como consta en actas-, que desde ese día tendría su sede en Montevideo, pero que ya funcionaba bajo esa nominación desde fines de la década de 1960.
En el artículo 2º, en el objetivo social se aprobaba: “Esta institución tendrá los siguientes fines: a) dirigir y fomentan en toda la República el deporte como ejercicio físico, recreativo e higiénico; b) vincularse con ese motivo a todos los alumnos y exalumnos de las Instituciones que la integran, organizando durante el año lectivo competencias culturales, deportivas, en todo el ámbito de la República; c) promover entre sus afiliados la práctica de los principios de la solidaridad, armonía y respeto, para que sean base de una auténtica comunidad deportiva; d) vincularse con entidades similares en otros países, pudiendo confederarse con ellas; e) afiliarse a federaciones que rijan los diversos deportes, con carácter aficionado, en el ámbito nacional; f) solo permitirá y autorizará que las instituciones afiliadas practiquen el deporte en forma aficionada y no con fines profesionales, o de explotación comercial”.
A partir de la creación de la asociación civil ADIC, definitivamente habían dado el primer paso para iniciar a partir de enero de 1985 las gestiones para conseguir la personería jurídica en el Ministerio de Justicia, organismo ante el que se realizaba esa gestión en ese momento. Luego pasó a la órbita del Ministerio de Educación y Cultura.
Aquella frase de Ceretta
El principal objetivo de la directiva en 1978 y 1978 que presidió Bentancur con Padre Guillermo Nin (vicepresidente), Roberto Fernández (secretario) y Esteban Varela (secretario de actas) fue lograr la personería jurídica. Pasaron dos años, tres, cuatro, y los esfuerzos cayeron siempre en saco roto. Alguna gestión o documentos incompletos dejaban inconclusa la gestión.
Cuando Ceretta asumió en 1982 recibió aquella mochila de la personería jurídica y avanzó, también como pudo en procura de lograrlo. Sin embargo, dos años después, nada había conseguido. El problema que afrontaban era insalvable, por el momento: debían presentar los estatutos de todos los colegios asociados y las instituciones no querían hacerlo. Era un callejón sin salida.
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El expresidente Benzo recuerda a fines de 1984, cuando había quedado definida la nueva directiva, “estaba a un costado, cuando Ceretta pasa por atrás mío hablando con alguien y oigo una frase: ‘Lo único que lamento es que no pude sacar la Personería Jurídica’. Aquello me hizo prender la lamparita. Recuerdo que hablé con Rafael García, escribano que estaba en el grupo de trabajo de la directiva. Me dijo que ya lo habían intentado, pero que había que presentar los estatutos de todos los colegios y las instituciones no querían, además de que era muy engorroso el trámite, al mismo tiempo me planteó que era imposible lograrlo. En lugar de bajar los brazos, se generó un desafío. Un día, abajo del parral, así como una vez jugué con el nombre de mi hija Ericarina (que surgió de Erika y Carina), le cambié el nombre: Asociación Deportiva de Institutos Cristianos por Asociación Deportiva de Integración Colegial y formar una Asociación Civil”. Los directores de los colegios pasaban a ser socios de la organización. Después de un largo recorrido, el 30 de octubre de 1987 ADIC aprobó el nuevo estatuto y se presentó en el Ministerio.
El engorroso camino en el Ministerio
Benzo explicó que “no era sencillo presentar el estatuto en el Ministerio de Justicia (posteriormente Ministerio de Educación y Cultura)”. Para ello habló con su amigo Alberto Soto, escribano y abogado, a quien le planteó la posibilidad de crear la Asociación Civil. Hicimos un borrador de los estatutos, lo presentaron en el Ministerio y desde el gobierno ayudaron a corregir lo necesario para que fuera bien recibido. De esa forma, tras dos años tenía forma la estructura que le daría a ADIC lo que perseguía desde una década atrás.
La necesidad de tener Personería Jurídica había llegado a tal punto que ADIC se reunía en la sede de tenis de mesa, en la Casa de los Deportes, y en ese momento se estableció que quienes no tenían el trámite aprobado ante el Ministerio no podían continuar en esas instalaciones.
Esta situación motivó que el presidente de la Comisión Nacional de Educación Física, Dr. Julio César Maglione, le planteara a Benzo que ADIC necesitaba regular su situación, en caso contrario debía abandonar la Casa de los Deportes. Así fue que pocos días después, la Asociación presentó la documentación que lo avalaba.
El nuevo Estatuto
Los aspectos esenciales del nuevo Estatuto establecían en el artículo 2°, bajo el subtítulo de Objeto Social: “Esta Asociación tendrá los siguientes fines: a) convocar a todos los alumnos y exalumnos de los colegios privados de la República sin excepciones, a la práctica deportiva, considerando esta como un excelente medio para contribuir con el Hogar y el Instituto a mejor formarlos física, mental y moralmente, organizando campeonatos en diversas disciplinas, así como también certámenes culturales y toda otra actividad afín a la condición de jóvenes estudiantes; b) promover entre los participantes el desarrollo de la Deportividad, traducida en fraternidad, caballerosidad y respeto, que los habilite como seres humanos aptos para sí y para la sociedad; c) vincularse con entidades similares tanto en el interior como el exterior de la República, pudiendo confederarse con ellas; d) coadyuvar con las Federaciones y Confederaciones que rigen el deporte amateur del país pudiendo afiliarse a ellas; e) estimular la práctica deportiva en forma aficionada y no con fines profesionales ni comerciales”.
El 18 de enero de 1988, Adela Reta, Ministra de Educación y Cultura, aprobó la Personería Jurídica y los estatutos de ADIC.
El “bonus track”
Paralelamente en esos tiempos de transformación en la organización deportiva en Uruguay de fines de la década de 1980, el 21 de junio de 1988 la Comisión Nacional de Educación Física (lo que actualmente sería la Secretaría Nacional del Deporte) resolvió conceder el reconocimiento a la Asociación Deportiva de Integración Colegial, como Entidad Dirigente de los Colegios Privados en materia deportiva. La comunicación fue firmada por el Dr. Julio C. Maglione, en el Oficio 468/88, Exp. 1586/88, Resolución 45.423.
Este segundo salto de calidad que recibía la institución se planteó debido a que el gobierno respaldó el trabajo que ADIC había realizado durante 22 años y en aquellos tiempos se intentaban generar asociaciones como competencia que pretendían desestabilizar a la institución.
En ese momento resultó determinante el compromiso y reconocimiento de Maglione a la historia de ADIC, cuando dijo que “iba a ser la única institución que va a reconocer el estado para las competencias de esa naturaleza en los Colegios Privados. No fue un tema menor declararnos rectora del deporte”, explicó Benzo.
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El expresidente subrayó que aquel plus institucional lo lograron “a través de explicar y percibir los daños que podía implicar una escisión de ADIC de los colegios. Convencimos a los colegios de lo importante de la integración y de la unidad”.
En la celebración de su 50° aniversario, la personería jurídica y aquella designación oficial siguen siendo una referencia ineludible para la institución y para la organización de las competencias deportivas en los Colegios Privados.